Consigue un
traje espacial, viajaras de Robert Heinlein.
1958.
Ciencia ficción. P: 7/10.
Autor:
Robert Heinlein.
Sinopsis: Kip
Russell, un chaval de diecisiete o dieciocho años (a punto de entrar en la
universidad) obsesionado por viajar a la Luna. Tras participar (muy
metódicamente) en un concurso de eslóganes publicitarios, logra hacerse con un
traje espacial de segunda mano, al que bautiza como Óscar mientras lo restaura
con cuidado.
La noche de
la prueba final, la radio del traje, sintonizada en la frecuencia de emergencia
espacial, capta una llamada de socorro, a la que responde confuso para
encontrarse, de forma bastante confusa, raptado a bordo de una especie de
platillo volante, en compañía de Piwi (Peewee en el original) una precoz niña
de once años. Así, casi sin comerlo ni beberlo, acaba viajando a nuestro
satélite, aunque sea como prisionero de un par de maleantes y una horrible
criatura alienígena a la que bautiza como Caragusano, cuyas intenciones no
parecen ser muy buenas para con la Tierra y sus habitantes.
Del lado de
los niños se encuentra otro alienígena, la Cosa Madre, cuyo intento de
salvamente desesperado por parte de Piwi ha propiciado todo. A la postre, Kip
(con Óscar) y Piwi tendrán que ingeniárselas para escapar de Caragusano y sus
secuaces, liberando en el proceso a la Cosa Madre, sin saber que al final del
camino les aguarda un proceso trascendental, en el que estará en juego no sólo
su propia vida, sino la propia subsistencia de la humanidad.
Comentarios:
Esta novela que comentaos fue la última novela de corte juvenil del autor para
dar el salto a la CF con mayúsculas, sin las cortapisas ni censuras que le
marcaban las editoriales...editada en un momento especial de la carrera
espacial, la conquista de la luna, su bases lunares y los trajes adecuados para
lo que se apoyo en su experiencia directa del diseños de los susodichos trajes
(trajes para aviadores en altitudes extremas) en la que estuvo involucrado en
la segunda guerra mundial. La verdad es que lo mejor de la novela son esos
aspectos tan prácticos y, al tiempo, tan de andar por casa; curiosamente no
chirrían nada los aspectos técnicos y las chispeantes conversaciones del joven
con ese supuesto Oscar son insuperables y muy causticas, deliciosas.
Sin embargo,
las aventuras de estos dos inteligentes rapaces que pasan por la luna, Pluton,
Vega, Nube de Magallanes...no pintan tan bien, un poco deslavazadas, más que
incoherentes y resultan pobretonas e insustanciales, sin emociones, como
forzadas y discontinuas. Mucho mejor el
retrato distante de unos secundarios como son los padres de los críos
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