KRAKEN de China Miéville.
2011. Ciencia Ficción. P: 6/10.
Autor: China Mieville.
(Parte de esta "critica" esta copiada de: http://www.laespadaenlatinta.com/2013/11/resena-kraken-china-mieville-factoria-ideas.html pues me aprecio casi perfecta, que quería decir todo lo que yo pensaba y no podría mejorarla mas que en algunos aspectos y detalles. Espero que no os hayáis ofendido mi olvido de citaros.)
(Parte de esta "critica" esta copiada de: http://www.laespadaenlatinta.com/2013/11/resena-kraken-china-mieville-factoria-ideas.html pues me aprecio casi perfecta, que quería decir todo lo que yo pensaba y no podría mejorarla mas que en algunos aspectos y detalles. Espero que no os hayáis ofendido mi olvido de citaros.)
Irrumpió en mis
lecturas con “La estación de calle Perdido”; era fantasía del nuevo milenio,
rompedora, inclasificable, caótica, que arrasó en su día con todo ganando el Arthur
C. Clarke Award y el British Fantasy Award de 2001, quedo nominada
al Hugo, al Nebula, al World Fantasy, al Locus y al
British Science Fiction Award. En ella nos presentaba la ciudad de Nueva
Crobuzón en el mundo de Bas-Lag, el mismo donde seguiría con sus dos
siguientes novelas, “La cicatriz” y “El Consejo de Hierro”. Cambió de ubicación
en “La ciudad y la ciudad" y esta, Kraken (2010), en lo que hoy se conoce
como fantasía urbana.
Mundos surrealistas, desbordantes de imaginación, y a la vez, coherentes y
creíbles.
Sinopsis: El Kraken,
pieza estrella de la exposición del Museo, ha desaparecido, literalmente, del
museo; ¿cómo puede alguien robar ocho metros de calamar gigante
("Architeuthis Dux") flotando en un tanque en formol sin que nadie,
ni los guardias, ni los visitantes, ni ningún encargado se percate? Billy,
uno de los conservadores tampoco se lo explica, y por más que insista en su
desconocimiento, extraños personajes empiezan a aparecer en su vida empeñados
en que está vinculado de algún modo con todo el asunto. Una brigada especial de
la policía dedicada a documentar y contrarrestar (cuando suponen un peligro)
los cultos y sectas que brotan como setas en el cuerpo del Londres oculto
quiere reclutarlo para la investigación al mismo tiempo que la secreta iglesia
del Kraken lo reclama como profeta. El Tatuaje, el bidimensional señor de los
bajos fondos, manda a capturarle a dos esbirros, Goss y Subby, cuyo mero nombre
evoca las escenas más desagradables de los últimos cientos años de historia
londinense. Y por sobre de todos ellos flota una sensación de malestar de
origen incierto, de inminencia, un miasma psíquico de miedo y expectación que
sugiere que esta vez sí, esta vez el final de todo está realmente cerca. La
solución de Billy ante este embrollo es una huida hacia adelante; un intento de
escapar a esta situación donde se ha metido sin saber cómo ni por qué, a base
de intentar resolverla.
La desaparición
del Kraken sirve para introducirnos en el submundo de Londres, una ciudad
que vive a la sombra de la que todos conocemos, por donde se mueven magos,
cultistas, entidades sobrenaturales sindicadas, bandas de maleantes místicos y reyes
del crimen enfrentados; o el fin del mundo, por el que tantos suspiran,
deseosos de un final –y una otra vida feliz y definitiva– tras este mundo
convulso y cada vez más agotador. En esta comedia salen excelentes personajes e
inolvidables secundarios, tales como León (que parece un alter ego del propio
Miéville-un final digno de una film de humor en blanco y negro), Billy, Wati
(el líder sindical de los familiares mágicos), Goss y Subby, el Tatuaje, Dean
Purcell, los Londromantes, el camaleón proletario, Colingswood, y muchos más
siempre con este humor oculto bajo una capa de total seriedad que los hace
entrañables. El mayor personaje de todos es (aparte del Kraken), cómo no
iba a ser la gran metrópolis, Londres;
es el autor un obsesionado con las ciudades, como entes vivos e independientes,
formados por millones de células humanas, cemento e historia acumulada en
sedimentos. La propia ciudad (Londres, Nueva Crobuzón, las ciudades hermanas de
La ciudad y la ciudad) toma parte de los acontecimientos. Se acerca así
a Fritz Leiber que en su Nuestra señora de las tinieblas, novela de
terror donde creaba la práctica mágica de la “Megapolisománcia”, técnica
mediante la cual se podía usar y canalizar el poder inherente de las urbes para
fines personales.
Kraken es pura fantasía
urbana. Con magos que son arúspices de Londres que con una sierra mecánica
abren la piel de asfalto de la ciudad para leer las tripas de la urbe y
agentes de policía desaliñadas con más instinto que entrenamiento formal.
No nos olvidemos
de los temas sociales, ideas políticas que
se deslizan de forma colateral pero de forma importante, metáforas de este
mundo en el que vivimos y morimos (huelgas, manifestac iones, uniones extrañas,
etc...).
Es una buena novela
desde todos los puntos de vista, en el que su encasillamiento no la mete en la
corriente de la literatura y best-sellers, si bien puede parecer árida en
algunos capítulos, sobre todo en esos capítulos finales en los que desbarraba
bastante lo que le baja bastante en mis puntuación si no sería otra cosa digna
de mejor encomio y puntuacion.
Muchos puntos de
vista, según que personaje estemos viendo o, leyendo. Narración ágil, muchos
escenarios, mucha acción, muchas conversaciones, alguna bastante disparatada.
Léxico increíble y siempre inventando conceptos y palabras (¡qué gran trabajo
de la traducción, no era nada fácil!) tramas y sub tramas brillantes en
concepto y soluciones; muy completa, ágil y entretenida, subyugante...incluso
en clave de surrealismo: una sociedad normal y corriente en al que los
personajes, de pronto, se ven sacudidos por una anomalía inesperada, anomalía
que va distorsionando al realidad y la vida de nuestros protagonistas.
Hola:
ResponderEliminarNos hemos dado cuenta de que has plagiado parte de la reseña que se publicó en La Espada en la Tinta, como ya sabes bien: http://www.laespadaenlatinta.com/2013/11/resena-kraken-china-mieville-factoria-ideas.html
Si la reseña te gustaba, por lo menos podrías haber cogido un trozo y citar la fuente, ya que de otra forma es apropiarte del trabajo ajeno.
Lo mínimo que podrías hacer es modificarla y escribirla con tus propias palabras.
Un saludo.