Patria de
Fernando Aramburu.
2016. Drama.
P: 8/10.
Autor:
Fernando Aramburu.
Sinopsis: El
día en que ETA anuncia el abandono de las armas, Bittori se dirige al
cementerio para contarle a la tumba de su marido el Txato, asesinado por los
terroristas, que ha decidido volver a la casa donde vivieron. ¿Podrá convivir
con quienes la acosaron antes y después del atentado que trastocó su vida y la
de su familia? ¿Podrá saber quién fue el encapuchado que un día lluvioso mató a
su marido, cuando volvía de su empresa de transportes? Por más que llegue a
escondidas, la presencia de Bittori alterará la falsa tranquilidad del pueblo,
sobre todo de su vecina Miren, amiga íntima en otro tiempo, y madre de Joxe
Mari, un terrorista encarcelado y sospechoso de los peores temores de Bittori.
¿Qué pasó entre esas dos mujeres? ¿Qué ha envenenado la vida de sus hijos y sus
maridos tan unidos en el pasado?
Con sus
desgarros disimulados y sus convicciones inquebrantables, con sus heridas y sus
valentías, la historia incandescente de sus vidas antes y después del cráter
que fue la muerte del Txato, nos habla de la imposibilidad de olvidar y de la
necesidad de perdón en una comunidad rota por el fanatismo político.
Comentarios:
Unos personajes inolvidables, increíbles, cada uno a su manera, humanos, con
defectos pero entrañables. Sobre todo hay un grupo que el autor trata de forma
magnífica, casi como si se trasformase en ellos: una increíble Arantxa, antes y
después de su ictus; el callado Joxian, viviendo la vida a su manera de hombre
siempre bueno; el Txato, una victima involuntaria pero victima al cabo; Xavier,
el cirujano de éxito, apegado a una promesa de cuidar de su madre que le
llevara, por otro lado, a una infelicidad, al dejar a la mujer de sus
sueños...Bittori, la mujer del Txato, incansable en su búsqueda de una
reparación que le deben para poder morirse en paz, y esas visitas al cementerio
para hablar con su marido muerto. Por otro ahí otros personajes muy buenos pero
que empatizamos mucho menos con ellos: Joxe Mari, duro, violento, radical pero
que sin comerlo ni beberlo en pocas líneas se vuelve un corderito; Miren, como
una carretera de montaña que va dando bandazos, demasiado esquemática, con poca
evolución; Gorka, metido con calzador; Nerea que casi sobra en el libro...
Una prosa
muy de andar por casa (El glosario de palabras en euskera todo un gran
acierto), unos diálogos certeros, con unas formas caseras, propias y naturales,
muy del pueblo y de sus gentes. Un desarrollo en capítulos cortos en los que se
va saltando de un personaje a otro, de un tiempo a otro, también como, de
improviso, pasa de tercera persona a primera persona, pero que en vez de
confundir (quizás un poco al principio por aquello de la ubicación) hace que
nos metamos en unos fuertes reflejos mentales creando/formando un puzle mágico
y atrayente, te obliga a leer y pensar, admirar y sonreír. Te absorbe desde la
primera pagina, no te suelta. Te da pena ese final, ese abrazo final sin
palabras...
No es parco
en emociones, descripciones muy vividas y sentidas.
Por contra,
además, ciertos pasajes un tanto dudosos en el último tercio del libro...y nos
quedamos sin saber quien mato a quien...
Le tengo que
buscar alguna cosa más a este autor como "Viajes con Clara por
Alemania" o "El trompetista del Utopia" o "Años
lentos" o "Los ojos vacios" o "Años lentos" o
"Los peces de la mar" o "El vigilante del faro".
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