Dejemos
hablar al viento de Juan Carlos Onetti.
1979. Drama.
P: 5/10.
Autor: Juan
Carlos Onetti.
Sinopsis y
comentarios: En Dejemos hablar al viento
se cuentan las desventuras íntimas de Medina, comisario doblegado por la
desidia y el alcohol, médico frustrado y pintor amparado por una prostituta,
que representa de un modo simbólico la condición humana, sometida al fracaso y
a la desolación.
En este libro... escrito con una libertad tan rara, tan radical, que se parece mucho al flujo impremeditado de la imaginación, del capricho y del sueño, hay arranques de una clarividencia afirmativa e irritada, de una exasperación moral y política que sin duda tienen mucho que ver con las circunstancias de la vida de Onetti, de su país y de su mundo. Antonio Muñoz Molina.
En este libro... escrito con una libertad tan rara, tan radical, que se parece mucho al flujo impremeditado de la imaginación, del capricho y del sueño, hay arranques de una clarividencia afirmativa e irritada, de una exasperación moral y política que sin duda tienen mucho que ver con las circunstancias de la vida de Onetti, de su país y de su mundo. Antonio Muñoz Molina.
Dejemos
hablar al viento cierra el ciclo narrativo que gira en torno a esa ciudad
perdida llamada Santa María, un espacio mítico cuyos moradores alimentan gran
parte de la producción novelística de Onetti y uno de los grandes universos
novelescos de este siglo en lengua española.
"Recordaba
al autor de "El astillero" de otro forma, otro estilo...en primer
lugar no me gustaron los personajes que están como animas en pena deambulando
por lugares conocidos por ellos mismos y poco más. Todo es como un juego de
cajas chinas y, también, como un juegos de espejos deformes en los que terminas
por perder la propia perspectiva y te ríes de lo que ves sin saber que tu realmente eres así. Un
mundo perdido en esa Santa Maria y Lavanda y Montevideo, como un universo
paralelo que solo existe en la mente privilegiada del autor.
Así como
tengo en mi memoria un grato recuerdo de El astillero este quedara en el limbo
de los libros incomprendidos y fracasados, no como libro en si, sino como
lector contumaz que soy.
Un ahogo
total, un grito inmisericorde..."
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