EL SUDARIO
DE HIERRO Y OTROS RELATOS...
NOVELA
GOTICA, antología. p: /10.
Sinopsis: Consta
de:
*****"La
visión gótica de Roberto Cueto"
*****"El
sudario de hierro de William Mudford"
***"La
novia misteriosa de James Hogg"
"El
faro flotante de John Howison"
****"El
envenenador de Montremos de Richard Cumberland"
"Monos
y Daimonos de Edward Bulwer-Lytton"
"El
castillo de Leixlip de Charles Robert Maturin".
"El
relato del fraile de Anónimo"
"La
victima de Anónimo"
"El
monje vengativo o El anillo maldito de Isaac Crookenden"
"Vida
mas allá de la muerte de Anónimo"
****"Fragmentos
del diario de Gosschen de John Wilson"
****"Enterrado
vivo de John Galt"
******"Un
capítulo de la historia de una familia de Tyrone de Joseph Sheridan Le
Fanu"
Comentarios:
Muy original y representativa antología del cuento gótico en una edición muy
cuidada en todos los aspectos que van desde la selección misma a una traducción
brillante; cada uno de ellos con una reseña corta pero brillante del mismo y de
su autor. Este libro cumple bien el panorama de lo que fue el género gótico y
de los escritor que participaron. Destacar aquí la participación de Le Fanu,
Maturin, Cumberland o Mudford...
Como toda
antología es muy variable pero el nivel en general en notable, muy curiosos
algunos y llenos de esa extraña poesía de la época, recordar el tiempo en que
fueron escritos, no es ahora y muchos incluso rompiendo moldes e influyendo de
forma brutal en la literatura universalLa Europa de finales del siglo XVIII y comienzos del
XIX asistió al nacimiento de una escritura nueva, basada en el frenesí, la
alucinación y el delirio. Fue la época dorada del relato siniestro, de la
fascinación por lo sobrenatural y lo oculto, de la estética gótica, del
esqueleto en el sótano, de la mazmorra y la mirada torcida, del exquisito y
refinado placer provocado por el terror. Así se sentaron las bases de la
moderna literatura de horror, heredera y continuadora de los miedos y
pesadillas que los visionarios sacaron a la luz en los tumultuosos tiempos del
romanticismo.
La presente antología recoge una serie de relatos publicados en diferentes
revistas inglesas, irlandesas y escocesas durante los últimos años del siglo
XVIII y primeras décadas del XIX. Junto a cuentos de grandes maestros de la
literatura gótica como Charles Robert Maturin, Joseph Sheridan LeFanu, James
Hogg o Edward Bulwer-Lytton, el lector conocerá primitivas piezas del género y
descubrirá a algunos de los más populares escritores macabros de la época:
William Mudford, John Howison, John Wilson, cuyos textos inspiraron a autores
como Edgar Allan Poe.
Trece narraciones, hasta ahora inéditas en castellano, que llevarán al lector a
una época entregada a la lectura compulsiva de una literatura aún cercana a
nuestra sensibilidad, porque, en definitiva, no es sino metáfora de nuestras
ansiedades y temores más profundos.
La Europa de
finales del siglo XVIII y comienzos del XIX asistió al nacimiento de una
escritura nueva, basada en el frenesí, la alucinación y el delirio. Fue la
época dorada del relato siniestro, de la fascinación por lo sobrenatural y lo
oculto, de la estética gótica, del esqueleto en el sótano, de la mazmorra y la
mirada torcida, del exquisito y refinado placer provocado por el terror. Así se
sentaron las bases de la moderna literatura de horror, heredera y continuadora
de los miedos y pesadillas que los visionarios sacaron a la luz en los
tumultuosos tiempos del romanticismo.
La presente antología recoge una serie de relatos publicados en diferentes
revistas inglesas, irlandesas y escocesas durante los últimos años del siglo
XVIII y primeras décadas del XIX. Junto a cuentos de grandes maestros de la
literatura gótica como Charles Robert Maturin, Joseph Sheridan LeFanu, James
Hogg o Edward Bulwer-Lytton, el lector conocerá primitivas piezas del género y
descubrirá a algunos de los más populares escritores macabros de la época:
William Mudford, John Howison, John Wilson, cuyos textos inspiraron a autores
como Edgar Allan Poe.
Trece narraciones, hasta ahora inéditas en castellano, que llevarán al lector a
una época entregada a la lectura compulsiva de una literatura aún cercana a
nuestra sensibilidad, porque, en definitiva, no es sino metáfora de nuestras
ansiedades y temores más profundos.
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