sábado, 10 de mayo de 2014

EL MONSTRUO QUE AMABA LAS GASOLINERAS de Christopher Moore.


EL MONSTRUO QUE AMABA LAS GASOLINERAS de Christopher Moore.

2014. Humor, fantástico, ciencia ficción. P: 7/10.

Autor: Chistopher Moore.

Sinopsis: La psiquiatra de Pine Cove ha decidido sustituir los antidepresivos que administraba a todos sus pacientes por placebos, así que naturalmente, o más bien artificialmente, la clientela del club de blues local se ha disparado. El problema es que la melancólica música también ha atraído a Steve, una gigantesca bestia marina con cierta obsesión por los camiones de combustible.

De pronto, la taciturna Pine Cove ha dado rienda suelta a su libido y una misteriosa ola de crímenes asola la ciudad. El agente de policía Theophilus Crowe tendrá que mantener a raya sus más bajos instintos para descubrir qué está ocurriendo y si hay algún modo de detenerlo.

Comentarios: Hilarante, subversiva, mezcla de géneros pero siempre en clave de humor negro, por supuesto, negrísimo...como siempre aparece su sitio emblemático, símbolo y recuerdos, el pueblo pintoresco y singular de Pine Cove y su caterva de personajes y personajillos...todo con ese envoltorio surrealista que le da una patina personal y atrayente.

Theo el policía al que le ordenan que no investigue, Pez gato, Mavis la del bar Cabeza de Babosa, la suicida de Bess leander, la siquiatra Valerie Riordan, Molly Michon también conocida, eran otros tiempos, como Kendra la nena guerrera de la frontera; Winston el farmacéutico enamorado locamente de los delfines, Estelle  la pintora; Gabe el biólogo mas preocupado por sus ratas que por si mismo, llamado también por el sobrenombre de "el tipo de la comida" bien acompañado por el fiel Skinner, ....el monstruo marino, también llamado Steve, Burton, Jenny la chismosa; Irving también conocido como La Araña, el que sabe todo, el que conoce todo y lo que se debe hacer en cada momento...¡Qué personajes y personajillos! incluyendo a H. P.

No deja títere con cabeza y una sonrisa, larga sonrisa, en nuestros labios. Guiños a la cultura cinematográfica y escenas muy subiditas de tono (aun trato de imaginarme alguna de ellas que ya, ya, ya...)

Una prosa muy correcta, llena de guiños y símbolos, en algunos momentos demasiados americanos pero en fin, el autor es de allí y se debe notar su cultura, aunque sea de prestado.

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