Pepita Jiménez de Juan Valera.
1874. Drama, clásico. P: 7/10.
Autor: Juan Valera.
Sinopsis: El joven seminarista don Luis de Vargas regresa a su pueblo natal para unas breves vacaciones allí antes de pronunciar sus votos. Se encuentra con que su padre, Don Pedro, se dispone a contraer nupcias con la joven Pepita Jiménez de veinte años y viuda de un octogenario. Los contactos entre el futuro sacerdote y la joven viuda son novedosos para el joven ya que ha pasado su adolescencia recluido en el seminario
, y poco a poco siente flaquear su vocación. El seminarista acompaña a Pepita en sus paseos por el campo, asiste a reuniones en su casa y, sin darse cuenta, cede poco a poco a una pasión que él considera pecaminosa, pero que se hace más fuerte que su vocación y que su amor por su padre, en el que ve secretamente un rival. Todo esto empieza a ser sospechado por el Deán al que el seminarista escribe sus cartas contándole sus incidencias. Luis se quiere marchar, pero Pepita, que le ama y que ha hecho todo lo posible para enamorarle, se finge enferma y le convence de que reconozca su amor y se lo comunique a su padre. Así lo hace, pero en lugar de hallar la oposición en su padre, este le dice que lo comprende y que a escondidas había estado haciendo todo lo posible para que las cosas llegasen a su solución natural.Comentarios: Todo un
clásico de la literatura española.
Pertenece al realismo
y al naturalismo.
Gran novela de
personajes y situaciones, de una gran hondura sicológica teñido todo por una
patina de sutil ironía. Hay un mensaje entre líneas que es la defensa de lo
natural frente a lo artificial y afectado.
Sigue el modelo
clásico y nos lleva a la recuperación de un manuscrito encontrado entre los
papeles de una catedral andaluza en el que se narra una historia de amor…La
primera parte está narrada en forma epistolar y la segunda ya en formato
novela.
Isaac Albeniz la
adapto para una opera en 1895. Ha tenido varias adaptaciones
cinematográficas (1946, 1975) y una
serie televisiva en 1978.
Una prosa de
campanillas y una hondura de personajes como pocas se ha visto; unas
descripciones brillantes del pueblo y comarca…destacaría a esa Antoñona, una
moderna Celestina o al deán o al propio padre que resulta muy moderno y
actual…el mismo Currito o el Conde Genahazar, etc…
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