martes, 5 de diciembre de 2017

El tren de la muerte de Alistair MacLean.


El tren de la muerte de Alistair MacLean.

1990. Thriller, aventuras. P: 7/10.

Autor: Alistair MacLean.

Sinopsis: En algún lugar de Europa, un tren transporta una carga mortífera de plutonio IV, encerrada en el interior de seis barriles de acero. Un vagabundo que viajó en el tren como polizón y manipuló uno de los barriles es hallado muerto poco después con horribles quemaduras producidas por una fuente radiactiva. La naturaleza de estas quemaduras alerta a la UNACO, la Organización Anticrimen de las Naciones Unidas con sede en Nueva York, y se organiza una vasta operación para localizar el material radiactivo.

Pero después se produce un descubrimiento aún más aterrador: sólo cinco barriles contienen plutonio; la carga del sexto podría desencadenar una auténtica catástrofe en Europa.

Y apenas hay tiempo para evitarla...

Comentarios: Los admiradores de Alistair MacLean -autor, entre otras grandes novelas, de Los cañones de Navarone y El desafío de las águilas- encontrarán aquí toda la acción y la intriga características de las obras de este autor.

Pura adrenalina, pura acción sin fin con un ritmo casi asfixiante que parecer la característica de este autor. Tiroteos, luchas, muertos que van quedando en las cunetas...espías sagaces, personajes de dos caras, etc...policías buenos y también policías  corruptos...

Personajes de una pieza, duros y capaces, agiles y listos, muy listos, que son capaces de superar cualquier obstáculo que se les ponga por delante sobre todo si es por evitar una catástrofe como en este caso con unos desechos radiactivos muy peligrosos. Los buenos son muy buenos aun con sus dramas personales, ahí encontraremos a Graham, el jefe Philpott, la impresionante y bella Sabrina, el inteligente Whitlock. Los malos son malísimos y con un deje cruel y voraz, de animales brutales, pero siempre con cierta inteligencia como ese General ruso Benin.

Uno de esos libros que te lees en una sentada (en dos en mi caso por culpa de racionármelo, (me parecía demasiado leérmelo en un tranquilo domingo de una tacada). Absorbente, hipnótico, te atrapa en esa espiral de ritmo y  aventuras sin fin con una prosa que se acerca en las descripciones a un comic o a un guion cinematográfico...

Tuvo su adaptación cinematográfica.


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